La Mentalidad Ecológica y la Enseñanza de la Geografía
I Parte
I Parte
El afán desmedido del ser humano contemporáneo por
alcanzar una mejor calidad de vida, pero en forma equivocada, sin buscar
armonizar con la naturaleza, ha originado una crisis sin precedentes. Debido a
que el ser humano percibe de manera inconexa la interrelación que existe entre
cada ser y el Planeta Tierra. Por esto el interés desmedido de lucro y riqueza
está matando y agotando el planeta, ocasionando cambios climáticos, el
calentamiento de de los mares y la atmósfera, contaminación del aire y las
aguas, la erosión y desertificación de los suelos, el desaparecimiento de los
bosques y la escasez del agua.
Llama la
atención que las instituciones educativas funcionan dentro de un sistema
educativo excesivamente intelectualizado, centrada solamente en la formación
técnica del niño y se deja de lado la formación humana, es decir la educación
de personas de calidad, con actitudes y comportamientos para una vida en
equilibrio con los demás y con la naturaleza, lo cual el fundamento del acto
educativo. Por eso, los contenidos de los programas académicos tal y como se
están desarrollando en la actualidad, se alejan cada vez más de la realidad
vivencial del estudiante.
Dentro de
este panorama, el perfeccionamiento de la personalidad en los niños y jóvenes
es fundamental, entre cuyos aspectos, está el desarrollo de una mentalidad
orientada al cuidado y preservación del entorno natural. Por ello se hace
necesario reformar el proceso educativo actual y la manera en que se abordan
hoy en día los contenidos programáticos de las asignaturas, en este caso la
Geografía General, lo cual es clave para elevar verdaderamente la calidad de la
educación. Sin embargo, la base de una nueva reformulación educativa es una
vinculación sana, armónica y productiva, que prevalezca entre el individuo y su
entorno. Es por ello que la educación debe estimular el desarrollo de una mentalidad ecológica, entendida desde
lo psicoeducativo, como el carácter humano en armonía con todo lo existente.
Es necesario realizar un aporte significativo para el
desarrollo de una mentalidad ecológica, carácter ecológico, con Inteligencia
Ecológica desde el campo de la enseñanza de la Geografía, estimulando el aprendizaje de actitudes
y comportamientos inteligentes y racionales en cuanto al uso de los recursos
que brinda la naturaleza. De esta manera
se aspira aportar en la formación de niños y jóvenes que valoren la naturaleza,
a través de la estimulación de habilidades que integren inteligencia y
sensibilidad, para una relación y comunicación más armoniosa con el ambiente
circundante y con el Planeta.